EsePrimo

2005-03-05

Más curiosidades

Segunda entrega de la lista de curiosidades sociales:


  • Alcohol! En muchos estados, vender alcohol en domingo es ilegal, pero no consumirlo, de modo que si vas a un restaurante te puedes pedir sin problema una botella de vino, o un cocktail con el aperitivo. En otros estados, la venta de alcohol está prohibida después de cierta hora de la noche.
  • We're open! Curiosamente, todos los establecimientos grandes abren durante todo el día y la noche. Puedes ir a hacer la compra de la semana después de salir de marcha si te apetece, y allí tienes a la plantilla del supermercado esperando. Uno se pregunta si no es más económico para el negocio apagar las luces y que se vayan los empleados a sobar, pero por lo visto no.
  • Classical! Pero los centros comerciales si que cierran. A las nueve todo el mundo a casa. Y para asegurarse que no hay pandas de jovencitos pululando por los alrededores, ¿qué mejor método de disuasión que poner por megafonía música clásica de lo más tranquilita?
Mañana, más.

Robado del Lolaberinto

¿Dónde está la lista?

Solía tener una lista en la que incluía todo aquello que me resultaba chocante de esta sociedad en la que estoy viviendo, tan distinta de la española. Hoy precisamente que me había propuesto plantarla en este blog, no la encuentro por ningún lado; la lista final, quiero decir, porque a lo largo de estos años ha ido pasando de agenda en agenda, de ordenador en ordenador, etc. No entiendo cómo no se me ocurrió dejarla en algún sitio en la web de fácil acceso. Así que supongo que iré completando las pocas entradas que haga hoy con el tiempo, según me vaya acordando de todas. De momento, las más antiguas:


  • Warning! Te encuentras advertencias en todo tipo de productos, no vaya a ser que te hagas el menor daño con ellos y les metas un pleito. Entre las más graciosas, las que puedes encontrar en las cajas de embalaje (maneras correctas de llevarlas, levantarlas del suelo, dejarlas sobre una superficie, cómo mirar cuando se lleva una encima…) y las de los teclados (usar este teclado de forma no ortodoxa puede producir daños irreparables en manos y cuello).
  • Censored! Aquí la censura está en todas partes, pero se manifiesta de un modo más claro en la televisión. No es ya que ciertos programas tengan el sonido manipulado para cubrir con un pitido ciertas palabras. Escenas enteras de películas son cortadas de cuajo y, si es imposible quitarlas porque destroza el sentido de la historia, se recurre a modificar cosas con ordenador… como crear ropa interior virtual sobre el cuerpo desnudo de una señorita que está paseándose en cueros.
  • Nude Olympics! Pero el hecho que ciertos estamentos prediquen la censura no quiere decir que toda la población esté de acuerdo con ello. La Universidad donde tengo la fortuna de trabajar tiene una costumbre muy antigua y bien conocida en el resto del pais: con la primera nieve del curso, los habitantes de un par de fraternidades (colegios mayores) salen en pelota bigarda a bailar alrededor de una fuente. Hasta que venga la policía, claro está. Por lo general la poli no se mete en este tipo de asuntos a menos que alguien se queje formalmente, lo cual me lleva al punto siguiente.
  • Stool Pigeon! Así es como se dice "chivato" en este país. Si tienes cualquier problema y decides llamar a la policía para denunciar a alguien, la policía no puede hacer nada a menos que tu des tu nombre, lugar de residencia y un par de datos para que puedan comprobar tu identidad. En caso que funcione la denuncia, la policía se acercará al presunto delincuente y le informará que "Fulanito de Tal, con residencia en este sitio, le ha denunciado por estas causas".

Más entradas a la lista serán publicadas más adelante.

Yasta bien de tanta matemática

Este fin de semana es el tradicional “recruiting week” del departamento. Eso quiere decir que se invita a todos aquellos recién licenciados universitarios que han expresado interés en hacer el doctorado en matemáticas en la Facultad. Pasan unos días conociendo las instalaciones, el profesorado, los alumnos, y por supuesto los mejores restaurantes de la zona, así como las discotecas, baretos, etc. Un chollo: les pagan tanto el viaje como la habitación en el hotel durante los tres días de visita, y no les dejan que desembolsen un duro en comida. Lo mejor de todo—o peor, según se mire—es que se suele organizar también el “talent show”: se alquila un escenario por una tarde-noche, y todo aquel que tenga algún talento oculto tiene la oportunidad de salir y demostrarlo. Este año por desgracia ha sido bien corto, pero recuerdo hace un par de años donde tuvimos que pedirle a gente que se cortase, porque éramos demasiados.
Por lo general el espectáculo empieza con los hijos de los profesores enseñándonos la última pieza que están aprendiendo en el instrumento que les toque. Niño al piano, niña al piano, niño a la guitarra, niña al violín, etc. Una vez han pasado todos los críos, empieza el cachondeo: Bailes tradicionales (recuerdo una compañera china toda emperifollada hace un par de años, precioso), profesores sorprendiendo con un blues aquí, un Simon&Garfunkel allí, una canción picarona por el otro lado… y luego las originales: el rapero matemático, el profesor que demuestra un teorema al mismo tiempo que hace malabares con tres pollos de plástico, o el colgado que lee un número kilométrico—cifra por cifra—como si fuese un poema, a lo Moncho Borrajo. Y no podemos olvidar una de las joyas de esta noche: mi director de tesis contando chistes. Joder, y eran buenos y todo, sobre todo la historia que se ha montado con lo del tabaco. Se trajo su proyector, conectado a su portátil, y acompañó la historia con imágenes de las advertencias en los paquetes de tabaco de su país (Canadá). Eso si que asusta. Si puedo colarme en su servidor y mangar la presentación, la cuelgo por aquí; además, por supuesto, de trozos del espectáculo (si, lo hemos grabado).
La otra joya de esta noche fue una grata sorpresa. Aparece en el escenario este supuesto alumno del doctorado que no he visto en mi vida, y se sienta al piano. Al anunciar el nombre de la pieza, algunas cabezas se levantan en la audiencia con incredulidad, y por lo que me contó un compañero, en algunas zonas del teatro se oían de fondo algunos comentarios en voz baja: “¿el 'Tolling Bell' de Liszt? ¿en serio? ¿quién se ha creído, el de 'el pianista'?”. De pronto, se masca cierta tensión en el ambiente, que el chaval al piano acrecienta pues se toma un tiempo en comenzar, mientras hace una especie de ejercicio de concentración… y por fin se decide a tocar. ¿Cómo describir los siguientes diez minutos? Sinceramente no podía dar crédito a mis oídos. Creo que esta noche todos los asistentes fuimos bendecidos con la actuación de un virtuoso, y lo mejor de todo, que ninguno lo esperábamos.