¡Y no se lo lleva nadie!
Hoy bajamos con los Picapiedra a una granja cercana a recoger arándanos. Entras en la granja, los dueños te dan unos cubos con unas bolsas de plástico, y te dirigen a una zona de su terreno donde puedes observar varias hileras de matas en las que los frutos casi se caen por su peso, tamaño y cantidad. Puedes quedarte tanto como te apetezca, e incluso comerte tantas como tu gula te permita; tan sólo has de ser un poco cuidadoso con no meter ningún fruto verde en el cubo, o asegurarte que algún escarabajo se cuele en la bolsa. Al final de la mañana, pesas lo que has conseguido, lo pagas (ni que comentar tiene el precio irrisorio en estos lugares, comparado con el que te encuentras en cualquier comercio) y a disfrutarlos. Habremos recogido, entre Michiki y yo, suficientes para comer por sí solos y además hacer postres—a razón de una tarta o similar por día—durante un par de semanas.
Pero lo más chocante nos lo encontramos de camino a la granja. En un cruce de carreteras observamos un cartel anunciando un pequeño mercado de hortalizas. Nos acercamos, y comprobamos con cierta sorpresa que no hay nadie haciéndose cargo de los puestos. Los productos están sobre las mesas, o en el caso de los huevos, dentro de un frigorífico, todo ello convenientemente resguardado del sol por un toldo bajo unos árboles. Bajamos del coche, y para mayor sorpresa nos topamos con el siguiente cartel:
This stand is self-service. Here is how:
- Pick out your produce.
- Fill out a ticket.
- Put your money into one of the envelopes provided.
- Put your completed ticket into envelope with the money.
- Drop envelope into payment slot.
Technorati Tags: arándanos, costumbres, EEUU, granja, Indiana
Escrito por Francisco Blanco-Silva (4:58 PM)
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