EsePrimo

2005-07-13

Mal periodismo

O “cómo escribir un artículo citando tan sólo títulos de otros estudios sin investigar la credibilidad de éstos o su contenido”.

La revista de corte católico Alba publicó en sus páginas un corto artículo en el que indican datos sobre la tasa de mortalidad entre homosexuales (Los homosexuales viven hasta 20 años menos). Sus fuentes principales, el “Centro de Control de Enfermedades de Washington”, el doctor “Paul Cameron”, presuntamente presidente del Instituto de Investigación Familiar de Colorado Springs, el “Vancouver British Columbia”, y el “Diario Internacional de Epidemiología de la Universidad de Oxford.”

Intrigado, no sólo por los resultados ofrecidos, sino también por la alta credibilidad asociada a algunas de las instituciones referidas, decidí contrastar estos datos directamente con las fuentes originales.
ACTUALIZACIÓN: A petición de algunos lectores, he ampliado la lista de enlaces a dichas fuentes, así como incluido información de contacto con los responsables de éstas.
El Centro de Control de Enfermedades de Washington. Se refieren al CDC, “Centers of Disease Control”, con sede en la ciudad de Atlanta (Georgia, EEUU); más concretamente a las oficinas de éstos en la capital estadounidense. Ni desde estas oficinas, ni desde la página web del CDC se lista ningún estudio, noticia o artículo remotamente relacionado con las conclusiones de la revista Alba. Si que citan una relación entre VIH/SIDA, malaria y tuberculosis con mortalidad [enlace], pero por supuesto no hacen mención de homosexualidad como factor en ninguno de los informes ahí presentados. Una selección de enlaces pertinentes para que podáis contrastarlo:
Una vez echada por tierra esta fuente de datos, procedí a averiguar sobre el papel investigador del doctor Paul Cameron y su trabajo. Lo primero que encuentro, un detallado historial de sus “fechorías” desde las páginas del departamento de Psicología de la Universidad de Davis, en California.
  • Paul Cameron: “Tanto sus conclusiones, generalmente contradictorias con otras publicaciones del mismo área de investigación, como sus fuentes de datos objetivas, muestra que su trabajo no tiene impacto alguno en la investigación científica sobre orientación sexual” [enlace]
  • “Seis errores serios han sido identificados tanto en las técnicas de muestreo empleadas por el grupo de investigación liderado por Cameron, como en sus posteriores interpretaciones. La presencia de uno sólo de tales errores es suficiente para dudar de la legitimidad de cualquier resultado asociado.” [enlace]
  • El artículo de Alba indica que Cameron ha publicado este estudio recientemente, pero como se puede comprobar, entre los años 1983 y 1985, Cameron fue sistemáticamente expulsado de todos los comités y asociaciones de psicólogos y científicos a los que pertenecía, por las razones expuestas en los puntos anteriores. La Asociación Americana de Sociología se ve forzada a emitir un comunicado públicamente renegando de este indivíduo en 1986 [enlace]:
    “The American Sociological Association officially and publicly states that Paul Cameron is not a sociologist, and condemns his consistent misrepresentation of sociological research.”
    Para contactar con la ASA y pedir más información sobre este dato, el lector puede usar el siguiente enlace:
    http://www.asanet.org/about/eodirectory.html
Dos fuentes de las cuatro no son de fiar; vamos a por la tercera: “Vancouver, British Columbia”. ¿Quizá se refieren los autores a algún centro de investigación, departamento de psicología, sociología, antropología? Vancouver es una ciudad, y British Columbia es el estado Canadiense al que pertenece geográficamente. En ese caso, ¿qué autoridad tiene la ciudad de Vancouver en este tipo de temas? Nula.

La Universidad de Oxford publica diarios, pero ninguno de ellos sobre Epidemiología. Los diarios, como todo el mundo sabe, son publicaciones baratas informando al público sobre noticias locales, nacionales, internacionales, deportes, economía, un par de crucigramas, tira cómica, y anuncios por palabras. Lo que sí que tiene la Universidad de Oxford es un bloque sólido de revistas científicas bimensuales muy serias y en las que tan sólo profesionales científicos de reputada fama pueden publicar, dos de las cuales están ciertamente asociadas a estudios epidemiológicos: el “American Journal of Epidemiology”, y el “International Journal of Epidemiology”. Procedemos a extraer el estudio citado en Alba de esta segunda revista. De acuerdo con los autores, el estudio fue publicado en 1997, así que buscamos en los archivos de este año:
  • Febrero: Nada relacionado.
  • Suplemento especial de Febrero: Nada relacionado.
  • Abril: Una relacionada remotamente, pero el estudio se realiza no entre homosexuales, sino entre indivíduos de avanzada edad. Effect of age, sex and smoking habits on pneumococcal antibodies in an elderly population.
  • Junio: Dos artículos remotamente relacionados.
    Uno de ellos es la presentación de un proyecto para estudiar el efecto socioeconómico en la tasa de mortalidad en el Reino unido Socioeconomic status within social class and mortality: a prospective study in middle-aged British men. El segundo, de título Modelling the impact of HIV disease on mortality in gay and bisexual men, está firmado por un grupo de investigación del “British Columbia Centre for Excellence in HIV/AIDS, St Paul's Hospital, Vancouver, Canada”, así que tiene que ser este el artículo al que se refieren los autores [enlace]. Incluyo aquí una excelente interpretación de tal fuente por Josu Mezo, de Malaprensa:
    Los resultados del estudio sí se aplican a todos los hombres gays y bisexuales, pero se refieren a los años 87-92, los de máxima mortalidad por SIDA, en una ciudad en la que el 95% de los casos detectados de SIDA se diagnosticaban a personas homosexuales o bisexuales. Así, supusieron que el 95% de los muertos por SIDA eran gays o bisexuales y supusieron que el resto de las muertes se distribuían entre gays y heterosexuales en proporción a su presencia en la población.
    Dado que no se sabe cuantos gays y bisexuales hay en la población, hicieron tres estimaciones, para 3%, 6% y 9%, y de ahí sacaron los datos de pérdida de esperanza de vida, que oscila entre 20 años (si fueran el 3%) y unos 8 años (si los gays fueran el 9%).
    20 años es por tanto la estimación más alta, si los gays fueran sólo el 3% de los varones, en el peor momento de epidemia del SIDA.
    Vancouver es una ciudad conocida por ser una especie de San Francisco canadiense, así que seguramente la estimación del 3% esté en la banda baja.
    En una carta posterior, los autores reconocen que la mortalidad por SIDA en Vancouver ha disminuido muchísimo.
    Me permito incluir un párrafo de la misiva de los autores del anterior informe a la misma revista, en la que se lamentan del uso homofobo derivado de la mala interpretación de su trabajo y aclaran los resultados obtenidos:
    Over the past few months we have learnt of a number of reports regarding a paper we published in the International Journal of Epidemiology on the gay and bisexual life expectancy in Vancouver in the late 1980s and early 1990s. From these reports it appears that our research is being used by select groups in US and Finland to suggest that gay and bisexual men live an unhealthy lifestyle that is destructive to themselves and to others. These homophobic groups appear more interested in restricting the human rights of gay and bisexuals rather than promoting their health and well being.
    Como pueden comprobar, el semanario Alba comete el mismo pecado de difamación. La validez “universal” de las afirmaciones de los autores de la falaz noticia publicada en dicho semanario, la cual intentaban colar como una categórica “relación entre mortalidad y homosexualidad” es completamente nula—de nuevo.
    El investigador principal del citado artículo, el profesor Robert S.Hogg, puede ser contactado directamente (pínchese en su nombre para enviarle un correo electrónico), o desde su página de contacto en la Universidad de British Columbia [enlace].
  • Agosto: Nada.
  • Octubre: Nada.
  • Diciembre: He encontrado un artículo relacionado, pero tan sólo se centra en poblaciones de adolescentes en España, y explica el impacto del virus del SIDA en dicho grupo. Está firmado por un grupo de investigacíon de la Universidad Carlos III (no la “Vancouver British Columbia”), y no hacen mención alguna a mortalidad de homosexuales, sino experimentos estadísticos serios comparando la mortalidad asociada al SIDA con la de otras enfermedades, y similares estimaciones contrastadas con otros países.
En resumen: ninguna de las fuentes ofrecidas por los autores del penoso intento de noticia publicado en la revista Alba dota de soporte científico o lógico a sus conclusiones. Este tipo de periodismo debería ser no sólo abolido de cualquier medio de comunicación que se precie, sino que habría de ser perseguido como un crimen más de apología al odio. Semanario Alba: Mentirosos. Semanario Alba: Manipuladores.

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