EsePrimo

2005-06-17

¿Descapotable o todo-terreno?

17:00. "Tan sólo nos queda un descapotable rojo, y el todo-terreno gris. Debido a la celebración del Gran Premio de Indianápolis este fin de semana, el resto de los vehículos ya han sido alquilados o reservados. ¿Cuál se va a llevar el caballero?"—nos comentaba la empleada de la oficina de AVIS. Al final, Viduido se decantaba por el todo-terreno, ya que el volumen de maletas que llevan hace que desafortunadamente el descapotable no sea una elección muy viable.

Unas horas antes…


12:30. Junto con Tocayo y Viduido, salimos del recinto donde, durante toda la mañana habíamos estado observando cómo los mecánicos de las diferentes escuderías montaban los coches, calentaban las ruedas y las cubrían para que mantuviesen la temperatura, realizaban pruebas y mediciones de última hora, etc. La visita turística a los boxes nos sirvió también para ir localizando nuestros asientos para la carrera del domingo. Tocayo y el Caraquitena estarán en línea de meta, mientras que los Viduidos y yo nos situaremos en frente del garaje de Renault—con lo cual vamos a tener al primo a huevo para una fotos mientras reposta.


11.00. Tras los boxes, una zona neutra donde los corredores satisfacen las preguntas de los periodistas y atienden a la prensa tanto de televisión como de radio; tarea casi imposible, pues tan pronto como aparecen, una horda de fanáticos grita sin cesar para llamar la atención de los pilotos. Al final, los verdaderos protagonistas del día somos nosotros, como bien evidencia el hecho que absolutamente todas las cámaras pasaran más tiempo enfocando al grupo de vándalos que a Schumacher, Alonso o Montoya.

Y también por supuesto, uno reconoce inmediatamente al resto de compatriotas en la multitud. Y no precisamente por detalles de bulto como la posesión de banderas, o atuendos deportivos; ni siquiera por el acento. Es algo diferente, difícil de explicar: a Tomás, que venía desde Urbana-Champaign con su mujer y su madre, le "calamos" en la fila para hacerse la foto con las azafatas. Simplemente nos miramos, y el sexto sentido nos indicó su procedencia. Con el jardinero y su mujer, más de lo mismo… o bueno, a lo mejor algo también tenía que ver la bandera enorme que enarbolaba él, o su frase de aliento para Fernando: "¡Alonso! ¡Mira aquí que te he traído un cochinillo!" Quizá también nos dió alguna pista la barbaridad que le soltó a su mujer, que estaba subida a sus hombros, también a voz en grito: "¡Mueve el conejito atrás cariño, que me estás haciendo polvo el cuello!"

El domingo, más; y probablemente, con más fotos. Con fortuna, en una de ellas estará el primo bañando en champán a Raikkonen y Schumacher.