Tormentas que viajan a 100 km/h

Ésta es la época de las tormentas: Hace dos años por estas fechas estuvo lloviendo casi ininterrumpidamente durante seis días, y entre el volumen de precipitaciones locales y el caudal del río que seguía creciendo, alimentado por las lluvias al norte, el sistema de alcantarillado se colapsó y terminó dejando esta parte del pueblo completamente inundado. El día anterior al desbordamiento la policía vino casa por casa recomendando que aparcásemos los coches lo más lejos posible, y que por si acaso fuésemos pensando en ir sacando de los apartamentos situados en los bajos de los edificios, aparatos electrónicos, posesiones de valor y demás.

Con un par de colegas del departamento nos llevamos el ordenador, la televisión, el aparato de música y otros bienes “imprescindibles” a mi despacho, y allí los tuve durante casi una semana, en espera que el nivel del agua bajase. La cama y los muebles terminaron apilados unos encima de otros en las paredes de los cuartos interiores. Afortunadamente el río no entró en la casa, aunque llegó “justo” al alféizar de la puerta. La broma esos días era que en nuestro apartamento era completamente legal los juegos de azar y apostar dinero… (¿lo pilláis?)

Por supuesto, en cuanto el alquiler venció pedimos que nos trasladasen a un tercer piso, y desde entonces no nos preocupamos tanto de mirar el nivel de río cada mañana en las épocas de tornados.

Y precisamente lo que tuvimos el martes pasado fue un aviso importante en este sentido. Las autoridades anunciaron en todos los medios de comunicación la rápida aproximación de una tormenta con posibilidad de tornados: Viajaba en línea recta hacia el pueblo, a unos cien kilómetros por hora. En un momento dado, a tan sólo cinco minutos de su llegada, las cadenas de televisión interrumpieron sus programas para sacar al equipo de meteorólogos de emergencia recomendando que la gente no saliera a conducir, que quitásemos nuestros coches de debajo de árboles, y que a ser posible nos refugiáramos en cuartos resguardados o en los sótanos de nuestros edificios. Vvgrant y yo, desoyendo estos consejos, tomamos la cámara y grabamos los nueve minutos que tardó el fenómeno meteorológico en pasar a visitarnos.

Por supuesto, en directo es mucho más impresionante que visto desde tu ordenador, pero si quieres echarle un vistazo, pincha en los ficheros siguientes:

• Tormenta: 0-3 min. Ocho y media de la tarde. De una lluvia copiosa, a vientos de intensidad considerable.
• Tormenta: 3-6 min. Las luces de la calle se van y vienen; las alarmas de tornado empiezan a avisar a los incautos que estén por la calle que se refugien. De fondo, la “Ruleta de la Fortuna”.
• Tormenta: 6-9 min. Poco a poco, la tormenta se aleja, dejando atrás tan sólo los últimos rayos y truenos, y la constante amenaza de formación de tornados.

Todos ellos están en formato AVI, y cada uno ocupa unos 34 megas.

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